De todos los tipos de cáncer, el de pulmón es uno de los que más afecta a las mujeres. Globocan estima que a nivel mundial, en 2020 se registraron más de 770 mil casos y más de 607 mil muertes. En México, se registraron 3 mil 085 nuevos casos.
Una nueva investigación de Women’s Health Access Matters (WHAM) titulada “Societal Impact of Research Funding for Women’s Health”, destaca que duplicar los fondos para la investigación centrada en las mujeres y en el cáncer de pulmón tendría enormes impactos económicos. Incluso las mejoras de 0,1% en la mortalidad y la calidad de vida producirían un retorno de inversión de 1200 dólares por cada dólar adicional gastado.
WHAM destaca que, en Estados Unidos, el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres, por encima del cáncer de mama, ovario y cuello uterino combinados. Y las mujeres que no fuman tienen el doble de probabilidades de contraer cáncer de pulmón que sus contrapartes masculinas, sin embargo las disparidades sexuales de la enfermedad aún no se han examinado a fondo, pues solo el 15% de la investigación sobre el cáncer de pulmón se centra en ellas.
Volviendo al ejemplo de que la investigación adicional genere mejoras en la salud de solo el 0,1% o menos en términos de incidencia por edad, mortalidad y calidad de vida, en Estados Unidos se podría obtener:
Para la población de 25 años o más, ahorros de más de 22 700 años en 30 años de vida extendida, con ganancias sustanciales en la calidad de vida.
Aproximadamente 2500 años más de trabajo, lo que equivale a 45 millones de dólares en productividad laboral.
El organismo también señala que el cáncer de pulmón afecta a las mujeres de manera diferente, tanto física como socialmente, y estas disparidades deben abordarse de inmediato. Invertir en investigación centrada en las mujeres generaría grandes beneficios en la salud de las mujeres, en su economía personal y en la economía de un país.
Les invitamos a consultar el informe completo aquí.
Referencia: Women Health Access Matters, The WHAM Report: Investing Just $40 Million New Dollars in Lung Cancer Research Related to Women Has Dramatic Impact on U.S. Economy – Even Assuming the Most Minor Health Improvements, 2022.
Hoy en día, las y los pacientes con cáncer de pulmón que no cuentan con seguridad social
se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad
Un estudio realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP),
señala que los recursos que reciben las entidades federativas por el IEPS a tabaco, les
permitirían cubrir la atención y tratamiento de estos pacientes
El Frente Unido por el Cáncer de Pulmón señaló que sí existen opciones para financiar la
atención del cáncer de pulmón y que es tiempo de sumar para cambiar el panorama que
hoy viven muchos pacientes
Ciudad de México a 16 de noviembre de 2022.- El 17 de noviembre se celebra el Día Mundial de lucha contra el Cáncer de Pulmón, enfermedad que en México afecta a más de 13 mil personas y que cada año cobra la vida de miles de mexicanas y mexicanos.
En este contexto, el Frente Unido por el Cáncer de Pulmón y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), presentaron el documento de investigación ‘Estimación del Costo de Atención de Cáncer de Pulmón’. En conferencia de prensa, se destacó que el cáncer de pulmón ha sido históricamente olvidado por las instituciones públicas de salud y que, hoy en día, las personas que no cuentan con seguridad social se encuentran en una situación de muy alta vulnerabilidad pues no tienen garantizada la atención ni el tratamiento.
Judith Senyacen Méndez, Directora adjunta de investigación y especialista en salud y finanzas públicas del CIEP, resaltó que para 2021 los costos de los tratamientos por cáncer de pulmón para la población sin seguridad social representan, en promedio, 18.5% del ingreso por IEPS al tabaco, por lo que sería posible que las entidades federativas cubrieran parte del costo de tratamiento para las personas que no cuentan con seguridad social.
De la misma forma, apuntó que, en el marco del inicio de operaciones del programa IMSS- Bienestar, es fundamental que se aclare cómo se van a incluir y financiar los padecimientos de alta especialidad, como el cáncer de pulmón, y refirió la urgencia de que se inicie la discusión sobre el sistema de salud vinculado a la transición epidemiológica y las prioridades del sector dentro del sistema fiscal mexicano.
Durante su intervención, Miryana Pérez Vela, Directora de Fundación de Alba, señaló que a pesar de que no se hizo del conocimiento público, en diciembre de 2021 el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) contempló por primera vez intervenciones para la atención del cáncer de pulmón, a través de la subcuenta SADMI del FONSABI. Esto, señaló, es un avance importante, pero no suficiente para garantizar la atención completa y la continuidad, por lo que el Frente Unido por el Cáncer de Pulmón hace un llamado a:
Encontrar fuentes de financiamiento sostenibles para la atención de las y los pacientes sin seguridad social, desde la detección hasta la cobertura del tratamiento
Asegurar la inclusión del cáncer de pulmón en el listado de intervenciones para enfermedades que causan gasto catastrófico con cobertura del FONSABI
Incrementar el presupuesto de los Institutos Nacionales, Hospitales Regionales de Alta Especialidad y centros oncológicos estatales que ya atienden cáncer de pulmón
Mantener la progresividad de los recursos asignados a las partidas presupuestarias del Anexo 13 del proyecto de PEF 2023, ya que son las únicos de atención específica para cáncer de pulmón, y estos han resultado en experiencias exitosas en el INCAN y el INER.
Por su parte, Adela Ayensa, directora de Fundación Salvati, señaló que en México tenemos una deuda con las familias que viven el cáncer de pulmón e hizo un llamado a sumar esfuerzos desde los gobiernos, los órganos legislativos y la propia sociedad para mejorar la situación que viven tanto pacientes como cuidadores. Por abonar a ello, señaló que el Frente Unido por el Cáncer de Pulmón presentó la campaña #TiempoDeSumar, con la que se busca que desde los distintos sectores se asuma un compromiso real con pacientes y cuidadores.
En este sentido, Fanny Romero, directora de Respirando con Valor, señaló que el Frente Unido por el Cáncer de Pulmón ha estado trabajando en distintas estrategias para mejorar la atención de los pacientes como: la conformación de una red nacional de especialistas para referencia oportuna, la realización de cursos de actualización en cáncer de pulmón para personal médico de primer contacto o la realización de un foro en la Cámara de Diputados en donde legisladores de diversos partidos se comprometieron a unir fuerzas para garantizar recursos en el presupuesto para la atención de esta neoplasia.
Estos esfuerzos se verán fortalecidos con nuevas estrategias para sumar a actores que puedan ayudar a cambiar el panorama del cáncer de pulmón en México.
Les invitamos a consultar el documento Estimación del Costo de Atención de Cáncer de Pulmón en: https://ciep.mx/?p=18749
Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Pulmón con el objetivo de visibilizar esta enfermedad y aumentar la conciencia sobre los factores de riesgo, las estrategias de prevención y detección temprana, así como la importancia del tratamiento integral.
En México, este tipo de cáncer ocupa el séptimo lugar en incidencia con 7 mil 588 casos registrados en 2020, y representa el quinto lugar en mortalidad, con 7 mil 100 casos en el mismo año.
Pero echemos una mirada más allá de las cifras y pensemos en las personas afectadas por esta enfermedad. Son hombres y mujeres con familias, con proyectos de vida o con metas por cumplir que han recibido un diagnóstico de cáncer de pulmón y que necesitan la garantía de acceso a la atención y el tratamiento que les de la esperanza de superar su enfermedad.
Por ello, debemos mejorar su atención sin importar dónde viven o en qué institución de salud se atienden. Es necesario que se asignen recursos suficientes, bajo esquemas de financiamiento sostenible, que permitan garantizar el acceso a tratamientos de calidad de acuerdo a las necesidades de cada paciente; la capacitación del personal de salud y la contratación de especialistas; así como la implementación de campañas de prevención y detección oportuna.
Al mismo tiempo, debemos prestar más atención a los determinantes sociales que influyen en la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón, como: el lugar de origen, la educación, la pertenencia étnica o las condiciones socioeconómicas, y abarcar todos los factores de riesgo a los que están expuestas las personas y que no siempre tienen que ver con el consumo de tabaco, pues solo así podremos plantarle cara al estigma que pesa sobre los pacientes.
Sabemos que el cáncer de pulmón es un problema de salud pública de gran magnitud y por ello, aprovechamos esta conmemoración para hacer un atento llamado a todos los actores del ecosistema de salud para que emprendamos acciones colaborativas desde cada una de nuestras trincheras a fin de mejorar la salud y la calidad de vida de las y los pacientes. Es tiempo de sumar.
Un estudio recién publicado en The Lancet informa por primera vez la carga mundial del cáncer atribuible a factores de riesgo ambientales y ocupacionales, conductuales y metabólicos. El hallazgo es que de los 4,45 millones de muertes que se produjeron en 2019 a consecuencia del cáncer, la mitad se deben a factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la obesidad, la contaminación o la mala alimentación.
Los resultados se basan en datos del estudio de carga global de enfermedades, lesiones y factores de riesgo (GBD, por sus siglas en inglés), que analiza 369 causas de muerte y discapacidad y 87 factores de riesgo para 204 países y territorios. Los investigadores emparejaron 34 factores de riesgo con 23 tipos de cáncer y encontraron que dichos factores explican el 44,4% de las muertes por cáncer a nivel mundial.
También se encontró que de los 4,45 millones de decesos, 2,88 millones sucedieron en hombres y 1,58 millones en mujeres. El principal factor de riesgo en los hombres fue el tabaco, seguido del consumo de alcohol, la mala alimentación (dietas bajas en frutas y verduras, altas en sodio y alimentos procesados) y la contaminación del aire.
Para las mujeres, el consumo de tabaco también fue su riesgo más importante, seguido de el sexo no seguro (relacionado con el contagio del virus del papiloma humano y las variantes que llevan al desarrollo de cáncer de cuello uterino), mala alimentación, un índice de masa corporal alto o niveles altos de glucosa en sangre.
Sobre los tipos de cáncer, el principal en términos de muertes atribuibles al riesgo en 2019, fue el de tráquea, bronquios y pulmón, tanto para hombres como para mujeres. Le siguieron el cáncer de colon y de recto, de esófago y de estómago, en hombres; y cáncer de cuello uterino, de colon y recto, y de mama, en mujeres.
La importancia de estos datos radica en que una gran parte de la carga del cáncer tiene el potencial de prevenirse mediante acciones destinadas a reducir la exposición a factores de riesgo, sobre todo los conductuales: consumo de tabaco, consumo de alcohol, relaciones sexuales sin protección y la mala alimentación.
Les invitamos a consultar el informe completo en este enlace.
Con información de The Lancet. La carga mundial de cáncer atribuible a factores de riesgo, 2010-19: un análisis sistemático para el Estudio de la carga mundial de morbilidad 2019, Agosto 2022.
En México, el 98%-99% de los diagnósticos de cáncer de pulmón se realizan en etapas avanzadas, en donde la posibilidad de cura se limita. Para contribuir a mejorar esta situación, el Instituto Nacional de Cancerología, en colaboración con la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax, la Asociación Mexicana de Medicina General y Familiar y la Federación Mexicana de Especialistas y Residentes en Medicina Familiar desarrollaron la Guía de Práctica Clínica para el diagnóstico temprano y la referencia oportuna del cáncer de pulmón.
El documento contiene 14 recomendaciones que están dirigidas a médicos del primer nivel de atención para mejorar la toma de decisiones en la detección temprana y la referencia oportuna de pacientes con sospecha de cáncer de pulmón. A continuación recuperamos algunas recomendaciones:
Factores de riesgo a considerar:
En personas de 50-80 años, fumadoras activas o exfumadores con más de 20 paquetes-año y con menos de 15 años de haber suspendido el tabaquismo, se recomienda la búsqueda activa de CP aun siendo asintomáticas
En personas de 50-80 años no fumadoras con algunos de los siguientes factores de riesgo, se recomienda la búsqueda activa de cáncer de pulmón, aun siendo asintomáticas:
Historia familiar de cáncer de pulmón
Tabaquismo de segunda y tercera mano
Exposición al humo de leña 100 horas / año, humo de quema de biomasa u otros combustibles
Exposiciones ocupacionales
Exposición a radón
Tuberculosis o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Detección temprana y prevención
Implementar un programa de tamizaje para cáncer de pulmón para reducir la mortalidad e incrementar la posibilidad de curación del paciente (a través de tomografía computarizada de baja dosis TCBD)
Ofrecer tratamiento para dejar de fumar
Diagnóstico
Descartar diagnóstico de cáncer de pulmón en adultos de cualquier edad, con o sin factores de riesgo, que refieran tos por tres semanas o más, y cualquiera de los siguientes síntomas: disnea, dolor torácico, pérdida de peso, fatiga y hemoptisis.
La presencia de un nódulo pulmonar sospechoso obliga a descartar cáncer de pulmón
El diagnóstico definitivo de cáncer de pulmón se realiza mediante el análisis de biopsia de tejido por histopatología
Asimismo, el documento recomienda la referencia de un paciente al segundo o tercer nivel por parte del médico de primer contacto al tener sospecha clínica, por imagen radiológica y/o confirmación diagnóstica por histopatología de cáncer de pulmón.
En el Frente sabemos que la labor del personal de salud de primer contacto es clave para contribuir a reducir los retrasos en la evaluación inicial, referencia, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes con cáncer de pulmón, por ello celebramos la publicación de esta guía que les dará más elementos para elevar el diagnóstico oportuno del cáncer pulmonar.
En este enlace pueden encontrar el documento completo.
El cáncer de pulmón es una de las neoplasias más comunes y mortales en todo el mundo. En 2020, Globocan registró más de 2,2 millones de casos y casi 1,8 millones de fallecimientos. Si bien hay mejoras en términos de tratamiento, esta enfermedad sigue siendo de mal pronóstico para muchos pacientes en el mundo.
De los factores de riesgo relacionados con este tipo de cáncer, el consumo de tabaco es por mucho el más importante, aunque también es modificable y evitable a través de estrategias como la promulgación de leyes de control de tabaco, prohibiciones de publicidad, espacios 100% libres de humo de tabaco, entre otras. La lucha contra el consumo de tabaco representa la piedra angular de la prevención del cáncer de pulmón pero, ¿Qué pasa con las personas que han fumado durante años y son diagnosticadas con esta enfermedad?
Un artículo publicado en Journal Thoracic Oncology revisó la evidencia científica para conocer el efecto que tiene dejar de fumar en el momento del diagnóstico o cerca de él. Mediante una revisión de 21 artículos publicados entre 1980 y 2021, que engloban a más de 10,000 pacientes con cáncer de pulmón, se encontró que sí hay un beneficio en la supervivencia general de los pacientes.
Los autores señalan que si bien hay factores que pueden sesgar estos beneficios (etapa del cáncer, edad del paciente) hay varios mecanismos biológicos que pueden explicar el efecto benéfico de dejar de fumar; uno de ellos se relaciona con que el humo de tabaco promueve el crecimiento, la progresión y la diseminación del tumor, al tiempo que disminuye la eficacia y la tolerancia a la radiación y a la terapia sistémica.
El hallazgo sirve como refuerzo para que las y los médicos brinden educación y recursos a los pacientes con cáncer de pulmón para que dejen de fumar. Aunque ya exista un diagnóstico de cáncer, los beneficios de dejar el consumo de tabaco se expresan en otros aspectos como el ritmo cardíaco, la tensión arterial o la función pulmonar, y juntos suman para mejorar el pronóstico de salud de los pacientes.
La Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) y la Fundación MÁS QUE IDEAS elaboraron el manual “Aprendiendo a vivir mejor con el cáncer de pulmón”, dirigido a pacientes, familiares y personas cuidadoras, para ayudarles a responder a más de cien cuestiones relacionadas con este tipo de cáncer del que se registran más de siete mil casos nuevos en México.
El manual reúne la información y experiencia de un comité multidisciplinario de especialistas y se divide en ocho bloques temáticos: cáncer de pulmón; tratamientos e investigación; información y equipo asistencial; cuidados y manejo de síntomas y efectos secundarios; hábitos saludables; cuidado emocional; el apoyo mutuo entre las personas con cáncer de pulmón y sus familiares; y recursos legales y sociales.
Se busca que las personas encuentren información relacionada no solo con temas médicos, sino con otros aspectos como el manejo de las emociones, o el afrontar situaciones de discapacidad e incapacidad laboral, entre otras.
Les invitamos a descargar el manual en este enlace.
El cáncer es una de las enfermedades más impactantes y más complejas de abordar, pues realmente estamos hablando de un gran número de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales que se dividen sin control, que tienen la capacidad de infiltrarse, de destruir el tejido corporal normal y de propagarse por el cuerpo.
Entonces, hacerle frente al cáncer requiere de un equipo integral de atención médica que incluya a diferentes especialistas que deberán colaborar entre sí para que junto con las y los pacientes, se logre un tratamiento exitoso. Para el cáncer de pulmón, el equipo médico puede incluir a los siguientes especialistas:
Médico (a) de atención primaria: Suele ser la primera persona a la que visitamos en consulta médica y la primera que podría plantear un posible caso de cáncer de pulmón para derivar al paciente con especialistas y que se lleven a cabo pruebas diagnósticas.
Oncólogo médico: Se especializan en el tratamiento del cáncer y para el de pulmón, el oncólogo torácico suele ser el profesional experto.
Cirujana torácica: Se especializan en las operaciones de tórax y participarán en el tratamiento si es que el paciente requiere una cirugía.
Oncólogo radioterapeuta: Se especializan en el uso de radiación para tratar el cáncer de pulmón y trabajan de manera estrecha con el oncólogo principal.
Enfermeras de oncología: Son especialistas en trabajar con pacientes con cáncer y con sus familias, para ayudarles a comprender el tratamiento y los posibles efectos secundarios.
Neumólogas: Se enfocan en la atención de enfermedades pulmonares y, además del tratamiento contra el cáncer, estas especialistas pueden ayudar con otros problemas respiratorios que puedan surgir durante el tratamiento.
Patólogos: Analizan el tejido y otras muestras tomadas durante las biopsias para determinar el tipo y la etapa del cáncer de pulmón. No suelen tratar a los pacientes directamente, pero forman parte de la atención.
Radiólogas: Analizan las resonancias magnéticas, las tomografías computarizadas y las tomografías por emisión de positrones para ver cómo responde el cáncer al tratamiento. Tampoco suelen tratar a los pacientes directamente, pero se encargan de emitir sus informes y compartirlos con el oncólogo principal.
Nutricionista / Dietista: Tienen experiencia para diseñar un plan que ayude a satisfacer las necesidades de los pacientes durante el tratamiento del cáncer. También aconsejan sobre aquellos alimentos que pueden empeorar los efectos secundarios del tratamiento.
Navegadores de pacientes: Este rol puede ser cubierto por una enfermero (a) o personas de trabajo social, y se aseguran de que todo el equipo médico esté en contacto y trabajen juntos. Además, es el contacto principal con las y los pacientes para resolver dudas sobre su atención.
Terapeutas de rehabilitación: Los terapeutas físicos y ocupacionales ayudan a trabajar y mantener la fuerza después del tratamiento o la cirugía, mientras que los terapeutas respiratorios ayudan con los problemas de las vías respiratorias.
Especialistas en cuidados paliativos: Su labor es fundamental para ayudar a controlar el dolor y el estrés, para tomar decisiones médicas y para encontrar servicios de apoyo adicionales junto con la atención médica regular.
Profesionales de salud mental: Brindan ayuda con problemas emocionales que surjan durante o después del tratamiento y pueden incluir la psiquiatría y la psicología.
La intervención de estos especialistas dependerá de cada persona y de factores como el tipo de cáncer, la etapa en la que se encuentra y el tratamiento que necesita. Es importante que tanto las instituciones de salud públicas como las privadas, brinden atención con un equipo multidisciplinario que tenga en el centro al paciente.
Terminar con éxito el tratamiento para el cáncer es sin duda un motivo de alegría para cualquier paciente, pero en esta situación también es posible que las personas se pregunten ¿Qué sigue después? Las respuestas varían de una persona a otra y es normal pensar que la vida después del cáncer es diferente. Algunos pacientes estarán ansiosos por retomar su vida antes del cáncer, mientras que otros pueden experimentar angustia por su salud y temor de que el cáncer pueda regresar.
La American Society of Clinical Oncology (ASCO) editó la guía Sobrevivencia al cáncer, donde se incluyen una serie de recomendaciones para ayudar a los supervivientes y a sus familias a prepararse para la vida después del tratamiento para el cáncer. Se incluyen secciones con preguntas para hacerle al equipo médico, como: ¿Quién integrará mi equipo médico una vez que finalice mi tratamiento? o ¿Debo recibir tratamiento adicional después de haber finalizado mi tratamiento activo?
La guía también incluye secciones en las que se explica qué hacer en caso de detectar una recurrencia del cáncer; cómo manejar los efectos secundarios del tratamiento (de largo plazo y tardíos); cómo afrontar situaciones de miedo, estrés o episodios de depresión; y cómo manejar las relaciones personales con los familiares, amigos y parejas.
Es importante que las y los pacientes que han terminado un tratamiento para el cáncer sepan que existen herramientas que les ayudarán a tener una vida de calidad, y que es posible retomar la vida laboral, comenzar o ampliar una familia e incluso volverse defensores de otras pacientes con cáncer a través de organizaciones de la sociedad civil, o compartiendo su experiencia en blogs, foros o redes sociales.
Pueden encontrar la guía de la ASCO en este enlace.
El cáncer de pulmón sigue siendo la causa número uno de muertes por cáncer en todo el mundo, con casi 1,8 millones tan solo en el 2020, mientras que en México, en el mismo año, se contaron 7,100 fallecimientos.
Este tipo de cáncer tiene una supervivencia a 5 años de solo 15%, y los resultados mejoran mucho si a los pacientes se les diagnostica en etapa localizada, pero esto ocurre en menos del 20% de los casos. Mejorar los pronósticos para los pacientes pasa por aumentar la detección temprana del cáncer, y en este artículo, The Lancet explica que en EE.UU y Europa, diversos ensayos han mostrado que la detección con TC de dosis baja puede resultar en reducciones en la mortalidad de alrededor del 20%.
A diferencia de otros tipos de cáncer, la detección del cáncer de pulmón se dirige a las personas con alto riesgo de desarrollarlo, considerando variables como la edad y el historial de tabaquismo.
En marzo del 2022, la Comisión Europea sobre detección del cáncer sugirió extender los programas de detección actuales en esa región, usando TC de dosis baja tamizar a fumadores actuales y ex fumadores. Sin embargo, el reto también consiste en proporcionar tomógrafos computarizados adicionales y especialistas en radiología para hacer frente a la mayor demanda de detección, así como al seguimiento para tratar los casos positivos.
Los autores también señalan que la detección temprana del cáncer de pulmón se asocia con altos costos y no está disponible en muchos países, por lo que se llevan a cabo diferentes esfuerzos para mejorar la comprensión de los factores de riesgo y evaluar otras maneras de detectar la enfermedad, como el uso de inteligencia artificial o los paneles de biomarcadores en sangre.
Al mismo tiempo, es necesario insistir en acciones de prevención como el control en el consumo de tabaco, los espacios libres de humo de tabaco y la contaminación ambiental. En países como el nuestro, también es clave considerar a las poblaciones expuestas al humo de leña o de parrillas de carbón, pues un buen porcentaje de casos de cáncer de pulmón están relacionados con esta situación.