Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la alfabetización en salud “implica el logro de un nivel de conocimiento, habilidades personales y confianza para tomar medidas para mejorar la salud personal y comunitaria mediante el cambio de estilos de vida personales y condiciones de vida”.  Así, nuestra alfabetización en salud es más que poder leer folletos y programar citas médicas. 

Tener una correcta alfabetización en salud permite que una persona se mantenga saludable en todas las etapas de su vida y que pueda actuar no solo durante una enfermedad, sino con acciones de prevención y autocuidado. 

Pero lo cierto es que no todas las personas tienen alfabetización en salud óptima. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un estudio llevado a cabo en Estados Unidos mostró que más de un tercio de los adultos tenían una alfabetización por debajo del nivel básico, mientras que en Europa, una encuesta realizada en 8 países (Austria, Bulgaria, Alemania, Grecia, Irlanda, los Países Bajos, Polonia y España) a 8 mil personas arrojó que el 47% tenía una alfabetización limitada. 

El mismo BID destaca que las personas con alfabetización deficiente en salud tienen más enfermedades crónicas, menor calidad de vida, utilizan más los servicios de emergencias y son hospitalizadas con más frecuencia. 

Por el contrario, quienes tienen alfabetización en salud óptima pueden llevar a cabo acciones en materia de:

Prevención:

  • Para saber el riesgo personal de desarrollar enfermedades crónicas con base en su historia médica familiar, su estado nutricional, sus condiciones de trabajo y sus hábitos personales como consumo de alcohol y tabaco.
  • Conocer las fuentes de información confiables acerca de prevención y cuidado de la salud
  • Saber cada cuánto acudir a chequeo médico o consultas de seguimiento
  • Entender las etiquetas de contenido y valor nutrimental de los alimentos
  • Saber qué hacer en caso de emergencia médica

Y en caso de enfermedad:

  • Saber dónde conseguir ayuda profesional 
  • Saber interpretar y juzgar las ventajas y desventajas de los tratamientos que existen para su enfermedad
  • Seguir las instrucciones que contienen las cajas de medicamentos
  • Saber utilizar la información proporcionada por el personal de salud y participar en la toma de decisiones sobre su tratamiento / autocuidado.

A medida que se mejora nuestra alfabetización en salud, también nos empoderamos, pues tenemos más herramientas para obtener información sobre nuestra salud y para usarla de manera efectiva.

¡Tomemos las riendas de nuestra salud y nuestro bienestar!