La salud de las mujeres está influenciada por su sexo, su género y su rol social, así como por los determinantes sociales que condicionan las tasas de exposición, la vulnerabilidad frente a riesgos para su salud y las oportunidades de acceso a diagnósticos y tratamientos oportunos y de calidad.
Para algunas enfermedades que se creían relacionadas solo con los hombres, como el cáncer de pulmón (sobre todo en sociedades donde fumar tabaco es un rasgo positivo de la masculinidad y un hábito mal visto en una mujer) han surgido nuevas tendencias que nos llaman a prestar atención sobre cómo esta enfermedad impacta la salud de ellas.
Un estudio publicado en International Journal of Cancer destaca que las mujeres de entre 30 y 49 años están siendo diagnosticadas con cáncer de pulmón a tasas más altas que los hombres, a la misma edad y en muchos países de altos ingresos. Históricamente, las tasas de cáncer de pulmón han sido más altas en los hombres, principalmente debido a sus patrones de tabaquismo. Sin embargo, durante el período del estudio (desde 1993 hasta 2012, en intervalos de cinco años), la tasa fue más alta en mujeres de 30 a 49 años en 6 países: Canadá, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda, los Países Bajos y los EE. UU.
Los aumentos se debieron en gran medida a más casos de adenocarcinoma, el tipo de cáncer de pulmón que se observa en las personas que fuman, aunque también es el tipo de cáncer más común en personas que no fuman y en mujeres. Los autores del estudio señalan que aunque los comportamientos en el tabaquismo no explican completamente el aumento, presumen que dichos aumentos en mujeres podrían estar relacionados con los cambios en la composición de los cigarrillos, o la forma en la que ellas responden a las sustancias cancerígenas del tabaco.
El estudio es una extensión de otra revisión llevada a cabo en 2018 y que también advertía sobre una mayor incidencia de cáncer de pulmón entre las mujeres jóvenes.
¿Qué podemos hacer como mujeres ante este aumento?
La Dra. Kirtly Parker Jones, experta en salud de la mujer, pone sobre la mesa los factores de riesgo a los que las mujeres están expuestas y que las puede llevar a desarrollar cáncer de pulmón, como la exposición a radón, la contaminación ambiental y sobre todo, cocinar al interior de las casas con leña.
Parker es enfática en su llamado: “si puedes, evita cualquier tipo de humo en tus pulmones”. Esto incluye dejar de fumar y tratar de que las personas de entornos cercanos como los hijos o los amigos tampoco lo hagan; revisar los niveles de radón en casa; no utilizar leña para cocinar y evitar el humo en la cocina.
Por último, señala que los primeros síntomas del cáncer de pulmón podrían ser diferentes para hombres y mujeres, pues mientras ellos tienen más probabilidades de tener tos persistente, expectorar sangre o desarrollar infecciones respiratorias, ellas suelen tener una vaga sensación de dificultad para respirar. Y si bien los síntomas se pueden presentar en ambos sexos, la frecuencia de los síntomas, la dificultad para respirar o el cansancio son más observados en las mujeres.